17 jul 2011

La pobreza no se diagnostica

Durante muchos encuentros entre psicólogos, psicoanalistas, maestros de irregularidades mentales, directivos de educación especial, se hablaba de Ella. Estábamos en San Isidro, el distinto. Yo, siempre en posición de participante pasiva escuchaba diferentes opiniones:
No es una cuestión de aprendizaje.
No se necesita una maestra integradora.
Hay que acotarle el goce del cuerpo.
Que a mi no me toque.
Todos lo adultos que la rodean son corruptos. Yo no voy a ser parte de esto
El diagnóstico es erróneo.
Tiene que intervenir minoridad.
Ni su abuela la soporta.
Esto es una papa caliente, mi cabeza no va a rodar.
Renuncio a la integración... las inspectoras lo aprobaron. Se tienen que expedir.

Mi escucha me llevaba a la imagen mental de una niña de 11, 12 años tal vez... indomable.
                                                                ....

Cierto día, una de las encargadas me dijo: "Algunas no estamos de acuerdo en dejarla a la deriva, vos la podés visitar hasta que se decida que va a ocurrir con esto?"
Respondí: Cuenten conmigo.

                                                              ....

Legué a su escuela el miércoles pasado al mediodía. Me llevaron hasta el comedor que me recibía con aroma a guisito de lentejas.. solo de lentejas, papa y puré de tomate.
La señalaron.
Me acerqué decidida.
Y nuevamente, mi nudo de la garganta... y el chiste fácil y rápido que tantas veces me hace esconder las lágrimas que intentan brotar manantial en mis ojos.

Es pequeña, menudita, despeinada de gran sonrisa y dientes blancos aún. No tenía delantal y supongo que por el frío extremo de ese día, estaba vestida con varias remeritas sucias y viejitas como una cebolla. Un pantaloncito pescador que no llegaba a cubrirle los tobillos flaquitos. Botitas de gamuza demasiado gastadas, sin medias y con un solo cordón.
Confieso que "no acote el goce de su cuerpo" porque me dejé tomar por su manito sucia y pequeña y me llevó, casi flameando, por toda su escuela presentándome a los maestros, a sus hermanos, a sus amigos... para que todos me vean tan bienvenida como ella me recibió.

Saqué los marcadores gruesos de colores. Me pidió que haga corazones de colores. Ella me enseñó cómo hacía las estrellas. Las pintó de celeste.
Tiene 7 años... tan solo 7 años..

Si perdemos la dimensión de "lo humano" en nuestro trabajo... hemos perdido todo.

Declaración de los Derechos de los Niños y Adolescentes

(Aprobada por la Asamblea General de la ONU el 20 de noviembre de 1959)
Artículo 2º

El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ellos por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.


1989  Convención Internacional sobre los Derechos del Niño
Artículo 39

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de cualquier forma de abandono, explotación, abuso, tortura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, o conflictos armados. Esa recuperación y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de si mismo y la dignidad del niño.

3 comentarios:

Fe r dijo...

Brillante! Recién te descubro: me conmoviste. Te felicito. Hubiese hecho lo mismo que vos en tu lugar.
Me quedo con:
"Si perdemos la dimensión de "lo humano" en nuestro trabajo... hemos perdido todo." Me lo llevo, si no te molesta, para mi barrio..

Un saludo,
Fer.

zaida dijo...

NINGUN NIÑO O NIÑA NACE MALO......TODOS AL NACER SOMOS ANGELES. LA GENTE Y SU COMPORTAMIENTO ....NOS TRANSFORMAN EN DEMONIOS Y MUCHO DESPUES SE ASOMBRAN Y RASGAN SUS VESTIDURAS. HIPOCRITAS¡¡¡¡¡¡¡ZAIDA.

Maga dijo...

tarde pero seguro! gracias por los comentarios